¿QUÉ PUEDE DARTE JESÚS?

¿QUÉ PUEDE DARTE JESÚS?

Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:9-10 RVR 1960


Hoy he venido a contarte una historia que ha llamado mucho mi atención. Quiero presentarte a un hombre que tiene algo em común contigo y conmigo. Es impresionante lo que le ocurrió a este personaje. La biblia no lo dice pero estoy seguro que debió preguntarse: ¿Qué puede ofrecerme Jesús?

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Lucas 19:1-4 RVR 1960

Jesús iba camino a Jerusalén. Tenía que pasar primero por una ciudad llamada Jericó. En esa ciudad ya había hecho milagros. Un día mientras estaba en la ciudad, la multitud se reunió para verlo. Aparentemente había mucha gente porque Zaqueo, el hombre de nuestra historia, quería ver a Jesús pero a causa de la multitud se le hacía difícil. 

Zaqueo, era un hombre de baja estatura, rico y jefe de publicanos. En ese tiempo los publicanos no tenían buena fama. Un publicano era el encargado de cobrar los impuestos y muchos de ellos cobraban más de lo debido para su propio beneficio. Zaqueo tuvo una necesidad muy grande de acercarse a Jesús para verlo. ¿Curiosidad o necesidad? Dice que salió corriendo a treparse en un árbol para verle. Realmente había mucho interés en Zaqueo por saber quien era el famoso Jesús.

Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Lucas 19:5-7 RVR 1960

Jesús ve a Zaqueo y lo llama diciéndole que era necesario posar en su casa. Jesús sabía lo que estaba haciendo. Para Jesús era necesario hablar con Zaqueo y ofrecerle algo que no tenía. 

El autor del pasaje nos deja ver otra característica de Zaqueo. Dice que todos murmuraban acerca de como Jesús decide posar en casa de un PECADOR. Esta es la característica que tenemos en común con Zaqueo. Estoy seguro que Jesús también lo notó y con más razón había necesidad de acercarse a él. Este pecador necesitaba lo que todo pecador necesita. 

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:8-10 RVR 1960

Zaqueo escucha lo que Jesús tenía que decirle. No se da detalles de la conversación. Pero debió ser tan impactante para nuestro personaje que él decide ponerse de pie y con determinación reconocer su falta y hacer algo para restaurar lo que había hecho. Zaqueo decide dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolverle a todo el que había defraudado la cantidad cuadruplicada. ¡¿Qué le dijo Jesús?! Amigo o amiga que lees, esto se llama ARREPENTIMIENTO. En ese momento Zaqueo recibió lo que para Jesús era necesario que tuviera: SALVACIÓN. 

La biblia describe los grandes prodigios y sanidades que hizo Jesús. Muchas veces nos distraemos pensando que eso es todo lo que Jesús puede ofrecernos. Ciertamente Jesús puede hacer grandes milagros y responder fácilmente nuestras oraciones. Pero lo más importante que puede darnos es SALVACIÓN. Jesús concluye diciendo la razón por la que había venido: a buscar y salvar lo se había perdido. No vino a llenarnos de bienes y riquezas. Vino a rescatar nuestra alma perdida y condenada a la muerte eterna.

La biblia da evidencia que Zaqueo recibió este preciado regalo. Ese gesto de dar y devolver cuadruplicado a los que había defraudado nos habla de un cambio de mentalidad. Zaqueo ya no iba a tomar lo que le pertenecía. Ahora decidía cambiar sus acciones para agradar a aquel que posó en su casa. Quizás nosotros no robamos como Zaqueo. Nos toca identificar que debemos hacer para mostrar verdadero arrepentimiento.

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9 RVR 1960

Aún estás a tiempo. Jesús no llega tarde. Él está esperando que nos acerquemos con un corazón arrepentido y recibamos lo que solo Él puede darnos. 

Es necesario que compartas este mensaje. Como Zaqueo alguien necesita leerlo. No lo retengas y comparte. 
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Saludos,

Un joven preocupado por esta generación.

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