¿DONDE TIENES PUESTA TU MIRADA?

¿DONDE TIENES PUESTA TU MIRADA?

En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Hebreos 11:6 NVI

Si no tenemos fe, no podemos agradar a Dios. Es sencillo. Si nos acercamos a Dios debemos hacerlo convencidos de su existencia, de su poder, de que nos escucha y de que a su tiempo nos responderá. 

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1 RVR 1960

Comúnmente hemos entendido la fe como simplemente creer. Cuando la fe que nos habla la Biblia involucra mucho más. Es tener certeza y convicción de lo que no vemos. Es confianza y seguridad de que aquello en lo que creemos es cierto, sin duda alguna. Dios se agrada de esa fe. 

¿Qué tal si te digo que nuestras acciones dan evidencia de nuestra fe? Si esto es así nuestras acciones determinan si agradamos o no a Dios.

Así pasa con la fe: por sí sola, es decir, si no se demuestra con hechos, es una cosa muerta. Uno podrá decir: "Tú tienes fe, y yo tengo hechos. Muéstrame tu fe sin hechos; yo, en cambio, te mostraré mi fe con mis hechos." Santiago 2:1718 DHH

Nuestros hechos darán testimonio de nuestra fe. Por lo tanto, nuestras acciones pueden también dar testimonio de nuestra falta de fe.

La parte final del versículo dice que Dios "recompensa a quienes lo buscan". Esta parece ser la parte más atractiva del verso. La pregunta es: ¿Qué recompensa esperas obtener con tu fe? Aquello donde dirijas tu fe debe determinar como consecuencia los hechos que llevaras a cabo para agradar a Dios. Quiero que prestes con atención el siguiente ejemplo de alguien que sabía muy bien que recompensa le esperaba:

Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Hebreos 11:24-26 NVI

Moisés se encuentra en la lista de los héroes de la fe por una razón: tenía puesta su mirada en la recompensa. Dios le había hecho promesas a Moisés. Le había encomendado la misión de liberar al pueblo de Israel con la seguridad de llevarlos a la tierra prometida. Las acciones de Moisés demostraron que confiaba con certeza y convicción en la promesa que había recibido. Moisés escogió agradar a Dios. A través de la Biblia se nos ha prometido libertad del pecado por medio de Jesucristo, nos ha dado al Espíritu Santo y se nos ha dado la esperanza de la vida eterna. Una situación muy similar. ¿Qué prefieres hacer con esta verdad?

Como Moisés también estamos expuestos a los efímeros placeres del pecado. Él decidió rechazarlos por la esperanza de algo mucho mejor. Si decides poner tu mirada en esa recompensa momentánea, no recibirás lo que Dios ha dispuesto para darte. Eso solo puede significar que no tienes certeza, ni convicción de que necesitas ser libre del pecado, ni te interesa el regalo de salvación. ¿Donde tienes puesta tu mirada?

Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Hebreos 12:2 NVI

Mientras podamos abrir nuestros ojos y tener la oportunidad de un nuevo día, aprovechemos para dirigir nuestra mirada a Jesús, quien se entregó y sufrió por nosotros. Pongamos nuestra mirada en Aquel que puede darnos lo que realmente necesitamos: salvación, paz, gozo y vida eterna. Aprovecha esta oportunidad que tienes hoy. Pon tu mirada en Jesús y vive con fe. Vive agradando a Dios.

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Saludos,

Un joven preocupado por esta generación.